Generaciones verdes
y la despenalización de la marihuana
Por: Marco Aurelio González Gama
Pertenezco a una generación en nuestro país, digamos
que intermedia, que fue profundamente imbuida por el consumo de la mariguana.
No sé, tal vez unas 10 generaciones antes y 10 después, pero estos grupos
poblacionales coincidentes cronológicamente, vivieron y experimentaron con la
cannabis de manera cotidiana, el consumo de la yerba se convirtió entonces en
una forma de vida de miles, quizá cientos de miles, para los cuales, darse un
“churro” era algo más que normal, que los identificaba, era como un sello de
pertenencia de toda una generación.
“Vamos a conectar”, “saca la verde”, “¡andas bien pacheco!”,
“¡preeesta!” y “sácala a pasear” eran expresiones coloquiales muy comunes entre
los chavos de los años 60 y 70, y había un común denominador que hay que
anotar, la yerba era consumida mayoritariamente en población que pertenecía a
estratos económicos medios, medios-altos y altos debido a que era un producto
caro, no cualquiera la podía adquirir y su consumo comenzaba a una edad que
oscilaba entre los 14 y 15 años y se profundizaba en los años de la
preparatoria hasta la profesional e incluso más allá de esta etapa.
En lo particular –y antes de que se lo pregunten-, el
que esto escribe también experimentó con la yerba, a decir verdad muy pocas
veces la probé, la sensación que provoca nunca me convenció, pero
definitivamente quienes sí se decantaron por su consumo más regular de ninguna manera
merecieron mi desprecio, rechazo o censura, siempre me fui por aquello de que
“cada quien su vida” y “el respeto al derecho ajeno es la paz”, y así sigo
pensando hasta ahora, en nada ha variado mi sentir, yo respeto y como decía mi
madre: “el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe”, aunque en
tratándose de la marihuana, quizá esta expresión sea exagerada, está demostrado
que nadie muere por consumir yerba.
Sirva este breve repaso a algunos de los hechos que caracterizaron
el devenir de la historia de aquellos años, para entrar al fondo del asunto ahora
que se abrió el debate público para impulsar la posible despenalización de la
droga con fines lúdicos y recreativos, iniciativa que está promoviendo la Corte
a través del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que abrió la discusión
pública abriéndose un muy interesante debate entre los más diversos sectores de
la población.
Para empezar si me preguntaran a mí sobre qué opino
acerca de una posible despenalización de la marihuana y, por lo tanto, su
autorización para usos lúdicos y recreativos, con toda honestidad diría que no
estoy de acuerdo porque si bien la marihuana no mata o no es tan dañina como el
alcohol y el tabaco, sin que nadie se ofenda, es cierto, no te llevará a la
tumba pero sí, con todo respeto, te apendeja y también te “marchita”, el
semblante de una persona madura que es consumidora es, en la mayoría de los
casos, la imagen de un persona con deterioro físico, pero no hay que considerar
en todo caso lo que yo opino, es más, en casos como éste, estoy plenamente
consciente que ni siquiera las mayorías tendrían el derecho a decidir por las
minorías.
Es decir, consumo o no de tabaco, alcohol y cualquier
tipo de drogas, aunque queramos o no, cae en el terreno de los derechos de cada
quien –de adultos, por supuesto-, así sea marihuana (hachís), cocaína y
heroína, obvio, previa advertencia de lo que le puede ocurrir a los
consumidores como ocurre con la información que traen las cajetillas de cigarrillos.
Y es que, insisto, nos guste o no las cosas así son o al menos así debieran ser.
Este mundo que estamos viviendo es otro y es el tiempo de las reivindicaciones
sociales diversas, hay que acostumbrarse a los derechos de las minorías como
son, por ejemplo, los matrimonios homoparentales, hay que darse cuenta que
vivimos la época de la diversidad sexual, la no discriminación y de la
tolerancia.
Hay que tomar en cuenta cuando se habla de
despenalizar el uso y consumo de la yerba, con una acción como esta en un país
como el nuestro es impensable pensar que con esto se va a acabar mágicamente el
trasiego de drogas y el clima de violencia que estamos viviendo en el país, eso
es otra cosa, la marihuana es una pequeña, ¡pequeñísima! parte del problema pero
no es el problema en sí, el crimen organizado ha incursionado en otros nichos
de la delincuencia en donde el cultivo y trasiego de la yerba ya no es
preponderante, necesariamente –por desgracia-.
Finalmente, en cuanto a este tema, creo que lo más
conveniente es que nos alleguemos información, de entrada yo rechazo su
despenalización pero definitivamente no le doy la espalda a esa posibilidad, no
hay que negarla porque es una realidad, luego entonces hay que regular su
consumo y el mercado como una potestad exclusiva de los adultos.
Una lamentable pérdida.- Este viernes 30 que pasó,
lamentablemente falleció de manera inesperada Carlos Fabián Flores Lomán, amigo
entrañable y sin par, al que admiré por su claridad de pensamiento e
inteligencia natural. Sirva este espacio para manifestar mi solidaridad a Lily,
a sus hijas Lilián, Paulina y Sofía; a sus papás Raymundo y Olga, y a sus
queridos hermanos Ray, Ernesto, Jorge, Olga y Guilebaldo, a quienes reitero
nuevamente mi más sentido pésame. Descanse en paz.
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