No tiene la culpa el Cuau

Marco Aurelio González Gama

No, definitivamente, él no tiene la culpa, él fue el gran ídolo del fútbol mexicano, con una forma de encarar a los rivales como pocos futbolistas mexicanos, con una picardía notable, grosero, irreverente a la hora de jugar al balompié, con un manejo privilegiado de la pierna derecha y con un estilo para jugar al fútbol único, Cuauhtémoc era de esos jugadores que se distinguía siempre por su talante serio, como retando al rival, un auténtico “ñero” para jugar, el clásico “leperito”, que no se dejaba de nadie, el Témo era de esos jugadores que nunca se amilanó ante la potencia física de los rivales, pero para él era lo mismo jugar ante unos esmirriados centroamericanos –con todo respeto para nuestros hermanos centroamericanos, Of Course- que ante unos potentes alemanes, ante todo los “riñones” por delante, era clásica su expresión, con un tono de “ñeris” de Tepito, cuando le preguntaban si no lo amilanaban los teutones: “¡Pero si no los vas a cargar cab…!”

Ese era, así era Cuauhtémoc, un jugador con mucha personalidad, jugador “riñonudo”, de garra, pocos jugadores mexicanos de su talla y clase, quizá el “Beto” García Aspe, Ricardo Peláez, el “Chuy” Corona, eran y son muy pocos los fajadores, con esa garra, siempre jugando con un semblante serio y de mucha vergüenza reflejada en la cara, pero hasta ahí, esas características no se le discuten ni se le regatean al tepiteño, pero una cosa es andarse partiendo el alma y jugándose las espinillas en una cancha de fútbol, ya sea de pasto o de arrabal, ya sea el Santiago Bernabeu de Madrid hasta el “Coruco” Díaz de la selva cañera de Zacatepec, Morelos, y otra cosa muy distinta es presidir el ayuntamiento de una ciudad como Cuernavaca, la capital del estado de Morelos, y precisamente en estos momentos, en esta coyuntura histórica.

No, no es cosa menor encabezar en las actuales condiciones al cabildo de la “Ciudad de la Eterna Primavera”, se trata de un estado como Morelos, se trata de un estado severa y seriamente tocado e infiltrado por el crimen organizado y Cuauhtémoc, con todo respeto para el ídolo, Cuauhtémoc no está preparado para encarar ese reto. Por eso es deseable que el Cuau ponga las cosas que tienen que ver con la seguridad pública de la población cuernavaquense en manos de los que verdaderamente conocen de este negocio y él, él no conoce ni tantito el tamaño de la problemática a la que se va a enfrentar el tiempo que esté al frente del ayuntamiento de Cuernavaca.

Las cosas son tan difíciles y complicadas que ni siquiera el gobernador Graco y su Comisionado estatal de la seguridad pública,  fueron capaces de implementar un operativo de seguridad para blindar la vida de los nuevos ediles que tomaron posesión de sus cargos el pasado sábado 2 del presente, pero sólo ellos a través del mando único son capaces de garantizar la seguridad pública de los habitantes que viven en el bello estado de Morelos. Cuauhtémoc debe entender que lo que pasa en ese estado no es un partido más de fútbol, no se trata de ganar, perder o empatar, se trata, insistimos, de algo mucho más complejo, difícil y hasta peligroso.

Morelos, sobre todo la zona en la que se ubican Cuernavaca, Cuautla, Temixco y Acatlipa, así como todos los municipios colindantes con el estado de Guerrero son una zona minada, por ello es necesario que el buen Cuauhtémoc entienda el tamaño de la problemática a la que se enfrenta.

Este puede ser el partido de su vida.