Uuun
soldado en cada hijo te dio…
Marco
Aurelio González Gama
Grandioso fue escuchar las
nominaciones al máximo premio de la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas de Hollywood (Academy of Motion Picture Arts and Sciences) 2016
y escuchar que entre los nominados se encontraba el mexicano Alejandro González
Iñárritu por su película The Revenant (El renacido) que, entre otras cosas que
son de llamar la atención acerca del film, es que está protagonizado por
Leonardo DiCaprio y que está nominado nada más y nada menos que en 12
categorías, entre ellas la de Mejor Director y Mejor Actor, por supuesto, en el
primer caso para el mexicano y en el segundo para el rubio actor
norteamericano.
Lo menos que puede uno decir al
conocer una noticia como esa es que es grandiosa. Por supuesto que no es algo
que nos invada de un patrioterismo vano que nos orille a rasgarnos las
vestiduras o a envolvernos en el Lábaro Patrio para arrojarnos del balcón más
próximo, pero siempre es bueno recibir este tipo de noticias en donde un
mexicano como González Iñárritu (él) sí se cubre de gloria. Y es que no es poca
cosa lo que ha logrado nuestro paisano como realizador a nivel mundial a grado tal
que, en el mundo del cine en particular y en el de la cultura pop en general, a
Alejandro se le considera a estas alturas como el director de cine más
importante del mundo –el director del momento- con el que todos los actores y
actrices quisieran ser dirigidos por él.
De entre mis favoritos, léase
Ridley Scott, Steven Spielberg, Christopher Nolan, los hermanos Ethan y Joel
Coen y hasta los mismísimos mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro
pasando por el genial manchego Pedro Almodovar, todos, sin excepción, se
encuentran uno o dos escalones por debajo del “primo” González Iñárritu, en términos
de una nueva propuesta cinematográfica,
genialidad, inventiva, versatilidad, innovación visual, manejo actoral, etc., y
no es, o más bien dicho, no ha sido una cosa fácil lo que ha logrado Alejandro,
pero siempre ha sido un precursor, un atrevido, es alguien que ha osado
traspasar fronteras y los límites de lo casi imposible y eso lo tiene a donde
está en estos momentos, o sea, en la cima de la cinematografía mundial.
Sin querer o más como no
queriendo, hemos seguido la carrera de González Iñárritu desde que dio, por así
decirlo, sus primeros pasos dentro del mundo del espectáculo, y esto fue en la
primera mitad de la década de los 80 cuando entró a trabajar a la estación de
radio WFM 96.9, que en ese entonces era dirigida por un muy joven Miguel Alemán
Magnani, que además era el responsable de dirigir todo el conjunto que en aquel
entonces se conocía como Radiópolis y que pertenecía al consorcio Televisa, pues
ahí hicieron sus primeros pininos tanto Alejandro como el locutor y sonidista
Martín Hernández, candidato también a Mejor Edición de Sonido por El Renacido,
en donde debutaron como locutores, con una propuesta radial novedosa, con una
programación informativa acerca de las estrellas de la música de aquellos
tiempos.
WFM 96.9, como gran aficionado
que era y sigo siendo por la radio, era una estación obligada para escuchar por
aquellos días en el D.F., y aquí habría que decir –ya lo hemos dicho en muchas
otras ocasiones- que el cuadrante de la radio en México siempre fue muy rica
por la variedad de opciones informativas y de entretenimiento que encontraba
uno en ella, tanto en FM como en AM, que iban desde Radio Educación, Radio
Universidad, Jazz FM, Rock 103, Stereo Mundo, Universal FM, La Pantera, Radio
Cañón, etc., había de todo y para todos los gustos y en esa radio muy competida
se abrieron camino González Iñárritu y Martín Hernández, con una propuesta que
combinaba la buena música con una radio hablada inteligente, novedosa y llena
de material informativo que hoy, y nada más para que se den cuenta de su
riqueza, cubre la internet.
En un mundo este del nuevo
siglo, en donde el cine que se hace en los Estados Unidos tiene un carácter
mundial –universal diría yo-, que impacta a todos los rincones del planeta, y
que desafortunadamente tiene eclipsados a todas las demás expresiones
cinematográficas nacionales, brillar y ser unos mandones como lo han hecho
Alejandro González Iñárritu, el genio de la lente Emmanuel “El chivo” Lubezki y
el sonidista Martín Hernández, créanlo no es poca cosa. Si González se alza con
los premios a Mejor Película, Mejor Director y de paso también lo ganan
DiCaprio (Mejor Actor) y los otros connacionales ya mencionados, sin duda la
cinematografía nacional se habrá cubierto de gloria.
Sería además, la tercera
ocasión consecutiva que un realizador mexicano gana el Oscar a la mejor
dirección, en 2014 lo ganó Cuarón por Gravity, el año pasado el propio
Alejandro por Birdman y este año, este año ojalá repita, sin contar con que
sería la tercera vez también, si lo gana, que “El chivo” lo gana de manera
consecutiva por mejor fotografía, así es que con esto se refrenda aquello que
hasta arrogante suena: ¡Sí, México está de moda!, sobre todo después del suceso
que significó la reaprehensión del capo y de que Charlie Sheen ha escogido a la
medicina alternativa de nuestro país como posible cura al VIH.
La peor pesadilla para Donald
Trum, sin duda.
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