Analistas
coinciden en el nombramiento de José Antonio González Anaya
Marco
Aurelio González Gama
De entre los tres cambios
–ajustes- que realizó el Presidente Enrique Peña Nieto en el gabinete, la
mayoría de los analistas coinciden en que el del coatzacoalqueño José Antonio
González Anaya, es el más afortunado y más conveniente por la situación que en
general vive el petróleo en el mundo entero, pero sobre todo por cómo la caída
en el precio del crudo ha afectado, sin duda, a la otrora empresa pública
insignia de nuestro país a nivel mundial.
Y es que no se trata en este
caso de desestimar los otros dos cambios que estuvieron involucrados, es decir,
los de los titulares de la Secretaría de Salud y del IMSS, José Narro Robles y
Mikel Arriola (en realidad se llama Mikel Andoni Arriola Peñaloza), no, también
tienen una gran relevancia, pero Pemex sigue siendo, a pesar de todo, una
empresa estratégica para apuntalar el desarrollo de nuestro país, y el perfil
profesional y la experiencia de José Antonio resultan claves para sacar de la
difícil situación que atraviesa a la paraestatal.
De hecho no entendemos cómo
desde el principio de la administración federal actual el Presidente Peña Nieto
no puso al frente de Pemex a González Anaya, basta hacer una comparación rápida
de los CV del anterior Director General Emilio Lozoya Austin con el del
veracruzano y, con todo respeto, el del primero es como de un principiante
comparado, repito, con el de José Antonio.
Nada más chequen el dato,
González Anaya es licenciado en Economía e Ingeniería Mecánica por el Instituto
Tecnológico de Massachussetts, además, realizó una maestría y el doctorado en
Economía en la Universidad de Harvard; se desempeñó como economista senior del
Banco Mundial en Perú, Bolivia y Paraguay. En 2006 fue nombrado titular de la
Unidad de Seguros, Valores y Pensiones de la SHCP y un poco más adelante fue
designado como jefe de la Unidad de Coordinación con entidades en la misma
dependencia. En 2010 fue nombrado subsecretario de Ingresos de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP) por Ernesto Cordero y, más tarde, fue ratificado
por José Antonio Meade.
Lozoya Austin, con todo respeto,
hasta antes de Pemex, no pasaba de algunas chambas muy medianas en el sector
privado, eso sí, con una sólida formación académica inclusive en el extranjero
y que nadie discute, pero con muy poca experiencia dentro del sector
energético, del que tal vez sabía muy poco o casi nada.
Lozoya Austin de hecho fue un
titular casi invisible el tiempo que estuvo al frente de la paraestatal, se
notaba poco asertivo, inseguro y poco dotado profesionalmente hablando para
estar al frente de una empresa pública del tamaño de Pemex. José Antonio
González Anaya, además de parecerlo, tiene la formación y la experiencia como
para enfrentar el reto de navegar y comandar un trasatlántico en aguas
tempestuosas.
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